Analizar
fragmento de texto de Stendhouse
“Qué es la investigación” Cap. 1
“La
aplicación primera y más obvia de la ciencia a la práctica reside en la
capacidad de predicciones para
proporcionarnos una información acerca del contexto de la acción”
Este
breve párrafo plantea para quienes deseamos realizar una investigación en esta
área de la educación, la imposibilidad de obtener resultados predictivos. En el área de
ciencias sociales, los resultados
dependerán de subjetividades, de variables que dependen del accionar humano y
de condiciones que no son siempre estables. Esto en asì en virtud de la
encrucijada en que se encuentran las ciencias sociales y humanas, con la
asunción de nuevos paradigmas que demandan un giro cualitativo en el tratamiento
de lo social frente al imperio del objetivismo e instrumentalismo, como única
vía para la búsqueda del conocimiento. Los paradigmas vigentes presentan una
ineficacia extrema a la hora de predecir resultados. Y sobre todo a la hora de
ser efectivos en relación a modificaciones en aspectos significativos en el
ámbito de la educación. El ámbito educativo pertenece a la esfera de lo humano,
de los vínculos. En esencia es una esfera más real concreta que abstracta,
cualitativa. Es necesario percibir el ámbito de la educación como un mundo
complejo, la mirada y la investigación por lo tanto deben ir en la línea de
vislumbrar tales complejidades y no tanto en caer en tecnicismos y predicciones
que reducen y impiden ver el fenómeno a estudiar en su total complejidad. Como
docentes somos productores y co-productores de sentido en última y por ello no
menor instancia, por lo tanto la investigación educativa constituye un aspecto
nodal a la hora de pensar nuestras prácticas.
Un
aspecto positivo del concepto que maneja el autor acerca que la “ investigación es ahora una tarea cotidiana”
es en relación a la posibilidad de autocrítica. Ya no se recurre a “respuestas”
que vienen de otros (autoridad, expertos, etc) sino que es posible buscar las
propias respuestas y plantear las preguntas, analizando los problemas en un
ámbito multidisciplinario. Los actores educativos son actores sociales y están
creando y re-creando permanentemente estos mundos sociales re-significándolos
en interacción con los otros y ello requiere a su vez la capacidad de una
actitud critica-constructiva que encuentre válida la opción de entender al hombre en su dimensión màs compleja. Colocar al
sujeto como la meta de este accionar, como un fin y no como un medio. Hacer de
la intersubjetividad una posibilidad concreta en tanto sujetos activos y
devolverle al hombre su vida cotidiana, su interacción permanente con su medio
social. Al no recurrir a respuestas pensadas por otros desestimamos la idea tan
manida de metodologías iguales para todo tiempo /lugar/sujetos. Esas didácticas
magnas, a modo de Comenio. Encontramos màs fértil ver al hombre en relación al
medio, al lugar donde vive, mundo producido y construido por èl, lugar de
significaciones. Espacios de mediación simbólica constituídos por el lenguaje,
la familia, la escuela., que actúan como componentes objetivados y subjetivados
que necesitan ser explicitados para comprender la vida social.
El contexto educativo es necesario vivenciarlo
como una delicada trama de significaciones, de relaciones conceptuales, que dan
sentido a las relaciones de la acción socio-educativas. Entonces el abordaje
debe repensar las concepciones metodológicas y epistemológicas que pretendan
dar lectura y dar respuestas desde una perpectiva que potencie la esencia
humana, y la dimensión política del
hombre, en relación permanente con el medio natural y social. Estudiar la
realidad social y la educativa con una pespectiva dialéctica parece el modo màs
adecuado para realizar las acciones pertinentes que tenga que llevar a cabo el
docente-investigador a la hora de intervenir y modificar sus pràcticas
cotidianas. De lo contrario se observa una incoherencia básica entre lo que se
escribe, lo que se dice y lo que se hace.